Inteligencia artificial y recursos humanos: ¿todo ventajas?

La inteligencia artificial está teniendo un impacto cada vez mayor en los recursos humanos y se está convirtiendo en una herramienta valiosa para mejorar la eficiencia y la efectividad de muchas tareas relacionadas con este departamento. Algunos de los usos más comunes de la inteligencia artificial orientada a la gestión de personas incluyen:

La inteligencia artificial puede ayudar a evaluar cantidades considerables de currículums que reciben de manera cotidiana las grandes empresas y seleccionar aquellos que mejor se ajustan a los requisitos del puesto.

La inteligencia artificial puede analizar datos de desempeño para identificar tendencias y áreas de mejora en los miembros de la plantilla, lo que puede ser útil para la evaluación del trabajo que se está realizando y la planificación de la carrera profesional.

La inteligencia artificial puede contribuir a personalizar y optimizar la formación y el desarrollo de los empleados, basándose en sus fortalezas y debilidades individuales.

La inteligencia artificial puede ayudar a mejorar la comunicación interna dentro de la compañía y la colaboración entre los empleados, lo que puede aumentar la productividad y la satisfacción del equipo. 

En resumen, la inteligencia artificial puede ayudar a los responsables de recursos humanos a mejorar la eficiencia, la efectividad y la toma de decisiones. Esto, a su vez, puede mejorar la experiencia del empleado y el rendimiento de la organización. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la inteligencia artificial no debe reemplazar por completo a la interacción humana y la evaluación subjetiva en los recursos humanos.

Cada empresa debe tomar sus propias decisiones a la hora de poner en contacto dos aspectos tan importantes y, en apariencia, contradictorios, como son las áreas de inteligencia artificial y recursos humanos. 

No obstante, a la hora de plantearse la implementación de sistemas avanzados de inteligencia artificial aplicados al área de personas, lo habitual es tener en cuenta al menos estos cuatro objetivos:

La integración de inteligencia artificial y recursos humanos indudablemente busca un mayor nivel de precisión en la ejecución de las tareas de este área. Por ejemplo, en lo que se refiere a los procesos de selección de personal, encontrar al candidato que más se ajusta a una vacante. 

Toda empresa necesita mejorar su manera de funcionar para ganar en agilidad y eficiencia, también en el área de recursos humanos. De esta manera, y siempre que se utilice adecuadamente, la mezcla de inteligencia artificial y recursos humanos permite dejar recursos disponibles para ser invertidos en otras tareas. 

A menudo inteligencia artificial y recursos humanos se unen para disminuir posibles sesgos que puedan interferir en la prevención de la discriminación o, simplemente, distraer la mirada humana. Aunque a veces el efecto es el contrario, se pretende que el foco del análisis esté en los requerimientos reales de una tarea y no en cuestiones subsidiarias o inadecuadas.

El ahorro a diferentes niveles parece la consecuencia inevitable de aumentar la precisión, la objetividad y la rapidez a la hora de ejecutar los procesos propios del departamento de Recursos Humanos. Se trata de minimizar decisiones fallidas que suponen un coste humano, económico y de energía al equipo.

A menudo se interpreta la inteligencia artificial como una sustitución de los recursos humanos entendidos en sentido estricto. 

Como hemos visto, a veces se trata de ahorrar esfuerzos, de ahorrar puestos de trabajo, de mejorar el rendimiento, de hacerlo más eficiente (librando a las personas de las tareas más tediosas, repetitivas o automatizables) o bien de todo ello a la vez. En cualquier caso, conviene aclararlo, porque no todo es lo mismo y la empresa podría obtener resultados indeseados si calcula mal sus estrategias. 

Como en tantos otros aspectos corporativos, es importante calibrar cuál puede ser el peligro de sobredimensionar las ventajas de combinar inteligencia artificial y recursos humanos. Para ello, dicha implementación debe ir precedida de una reflexión en profundidad que trate de responder a la siguientes preguntas: 

Probablemente la respuesta a la primera pregunta es “a muchas”, incluso a todas en caso de que se cuente con la tecnología adecuada, mientras que la respuesta a la segunda vaya más en la dirección de “a algunas y, probablemente, no demasiadas”. 

La inteligencia artificial no es perfecta. Eso quiere decir que puede cometer errores y es importante detectarlos, además de identificar la fuente de la que vienen. Al hacerlo, no debe sorprendernos descubrir que esos errores -que en ocasiones pueden ser graves, generar serias ineficiencias o esconder más de una injusticia- vienen del propio hecho definitorio de este método: se deja de lado la supervisión humana y se deposita el peso de decisiones importantes en un sistema que no puede tener en cuenta los matices de los que solo es capaz un ser humano.

Lo importante en la gestión de las empresas y, por tanto, en la gestión de las personas, es que la inteligencia artificial esté al servicio de los recursos humanos y no estos al servicio de la inteligencia artificial.   

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No, en la medida en que es un mecanismo diseñado por personas, orientado a manejar parámetros decididos y organizados por seres humanos.

Resulta muy útil para procesar grandes cantidades de información, agilizar decisiones o encargarse de tareas muy repetitivas para las que no es imprescindible el criterio inmediato de una persona.

No. Puede facilitar algunas tareas mecánicas y mejorar su resultado, pero nunca puede sustituir del todo a la profundidad de un procesamiento estrictamente humano.

La inteligencia artificial toma decisiones en base a operaciones o criterios matemáticos, a diferencia del razonamiento humano, que mezcla criterios lógicos con emocionales. Eso puede dar lugar a resultados rígidos, válidos en la teoría del criterio de la máquina pero equivocados para la vida real y analógica.

Fuente: Ifeel