Cómo incorporar y fidelizar el talento femenino STEAM

Llevo años leyendo artículos como este, en el que intentamos explicar cómo dar solución a este problema tremendamente complejo.

Sí, un problema, porque la falta de diversidad penaliza nuestro crecimiento económico a todos los niveles, pero, además, penaliza a las mujeres, que están fuera del sector que más trabajo y riqueza va a generar en los próximos años.

Y decía que es complejo porque, tras más de quince años trabajando en este ámbito y siendo consciente de los esfuerzos de muchas entidades para reducir la brecha de género, los datos no parecen mejorar. La Cátedra Mujer STEM de Comillas ICAI-CIHS indica que el 3% de estudiantes de Formación Profesional Inicial de rama STEAM son chicas, y sólo el 8% para el caso de grados universitarios.

Entonces, ¿en este artículo vas a encontrar alguna fórmula mágica que solucione el gran reto que tenemos por delante? Siento decirte que no, pero sigue leyendo, porque al menos te compartiré mi visión sobre las causas y algunas acciones que, a mi juicio, nos pueden ayudar a mejorar la situación.

En el sector STEAM tenemos dos problemas claros: el primero, la falta de vocaciones tecnológicas; el segundo, el poco atractivo del sector para las mujeres que finalmente se deciden por estudios tecnológicos. Y en ambos, la clave es la misma: la multicausalidad.

Si nos enfocamos en el fomento de vocaciones tecnológicas, hay cuatro tipos de factores que, en mi opinión, están condicionando el bajo número de estudiantes en general, y de mujeres en particular:

• En primer lugar, los factores educativos que hacen mención al poco interés de los estudiantes por las materias STEAM. En muchos casos, tiene que ver con el desconocimiento que tienen los profesores de los colegios e institutos sobre estas materias, así como las pocas oportunidades de exposición a este tipo de contenidos en el colegio. Además, en años posteriores se incorpora en la ecuación la imagen asociada a los estudios superiores de estas ramas (requieren un gran esfuerzo, son áridos y aburridos…), unido a una percepción de dominio de la tecnología entre los jóvenes, que reduce la “necesidad percibida” de estudiar este tipo de contenidos.
• En segundo lugar, los factores psicológicos, que inciden en la autopercepción limitante de no contar con las capacidades necesarias para este tipo de estudios. Un factor que es más acuciante entre las niñas.
• En tercer lugar, los factores informativos, que se refieren al insuficiente conocimiento de las salidas laborales de los distintos estudios, y la percepción que hay sobre el estilo de vida asociado a estas profesiones (poca conciliación, estilos de gestión masculinizados…)
• Y, por último, los factores sociales, que recogen los estereotipos que hay en relación a este tipo de profesiones, debido, entre otras cosas, a la falta de referentes (y, aún más, de referentes femeninos). En este punto, cada vez toma más fuerza la importancia que tiene para las nuevas generaciones la conexión con el propósito personal, unido a la dificultad que hay para visualizar cómo el sector STEAM pueden dar respuesta a sus motivaciones.